Una puerta corredera es un tipo de puerta que que se abre de forma horizontal con un movimiento de deslizamiento sobre un espacio predeterminado encima de unos raíles, siempre paralelo al lugar en el que se encuentra.
Las puertas correderas comunican estancias, nos aportan más metros y facilita el paso de la luz y lo mejor es que son de fácil instalación.
Son una de las mejores opciones para comunicar espacios, visiblemente nos transmite amplitud y el paso de luz entre estancias. Teniendo en cuenta que una puerta corredera proporciona hasta 1,5 m2 extra porque no no es necesario el espacio utilizado para abrir cada puerta como en el caso de una puerta abatible.
Un modelo muy atractivo de puerta corredera es la puerta con cuarterones de aluminio con cristal pues en este caso suman más luz. Si quieres más intimidad, decántate por un cristal parsol (opaco).
Las puertas correderas permiten moldear el espacio, por ejemplo en la separación entre recibidor y salón. Al abrirla nos aporta profundidad y perspectiva incorporando por ejemplo el jardín o cerrarla para separar el salón del recibidor.
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