
Hace poco me contactó Carlos, un cliente que compró una vivienda en Las Américas (Arona), después de una breve consulta telefónica me invitó a su casa, quería sustituir las viejas ventanas de aluminio, instaladas hace más de 20 años.
En aquel tiempo, al momento de la construcción de la casa, se realizó una instalación de carpintería de aluminio para evitar el mantenimiento con el paso de los años.
¡La elección resultó ser ganadora!
De hecho, los viejos dueños del inmueble, no tuvieron que hacer frente a ningún tipo de mantenimiento durante 22 años.
Ahora, sin embargo, simultáneamente con la reforma de la casa, a Carlos le gustaría reemplazar las viejas ventanas de aluminio con algo más moderno y de alto rendimiento.
Sustitución de la carpintería de aluminio: los primeros pasos de Carlos
Carlos, después de tomar la decisión de sustituir las ventanas de aluminio, toma medidas ad hoc de los marcos y acude a un «carpintero» en Santa Cruz, asesorado por un conocido suyo.
El carpintero de turno marca en una hoja las medidas entregadas por Carlos y escribe en la misma hoja el precio total + IGIC. Hace una fotocopia y se la da a Carlos, diciendo: «¡aquí está el presupuesto!»
Carlos, sintiéndose un poco desatendido, sale del «taller» diciendo: «ok, gracias. ¡Te haré saber!»
¿Por qué te cuento sobre este evento?
Porque quiero llamar tu atención sobre un aspecto de crucial importancia cuando eliges instalar/reemplazar ventanas de aluminio para tu hogar.
El fabricante que presentó ese presupuesto, si se puede llamar así, dedicó solo unos 15 minutos de su tiempo a Carlos sin considerar las necesidades reales del cliente y sin explicar lo que proponía.
Lo que recibió Carlos fue un papel con el precio total escrito, incluida la instalación.
¡Nada más y nada menos!
No pierda el tiempo en presupuestos inútiles
Aunque la primera experiencia de Carlos resultó ser muy mala, decide no darse por vencido.
Entonces, hace una búsqueda en línea, encuentra otro fabricante de ventanas, esta vez más cerca, y va a su taller.
Esta vez, la primera impresión le parece buena. La acogida es ciertamente mejor y el vendedor, después de anotar todo lo que necesitaba saber, muestra sus ventanas a Carlos con la promesa de entregarle el presupuesto lo antes posible.
Después de casi 3 semanas y después de un par de llamadas de recordatorio, Carlos finalmente recibe el presupuesto por correo electrónico.
En la oferta encontrará la descripción técnica de las distintas ventanas, los valores de rendimiento, la representación esquemática y en la parte inferior de la página el mismo de siempre, el precio total, incluida la instalación.
Debido a los largos tiempos de espera y al desinterés del vendedor por las necesidades reales de su cliente, Carlos se encuentra de nuevo en el punto de partida.
¡Otra vez se siente abandonado!
¿Cómo encontrar un fabricante de ventanas en el que pueda confiar para reemplazar las ventanas?
Ahora, a pesar de que Claudio tiene 2 presupuestos en mano, uno escrito a bolígrafo y el otro enviado por correo electrónico, no se siente seguro de confiar el trabajo de sustitución de carpintería de aluminio a ninguno de los 2 fabricantes.
Así, decide de continuar su búsqueda de un fabricante que satisfaga sus necesidades y expectativas.
Hablando con un cliente sobre su «aventura» viene a conocer de mis consultas, vuelve a casa, enciende el ordenador, abre Facebook y entra en mi página: «Inter Carpintería».
Carlos rellena este formulario para ser contactado, reserva su consulta de 30 min e inmediatamente concertamos una cita en videollamada.
Carlos empieza la consulta contándome sobre la experiencia que tuvo con los 2 fabricantes anteriores.
A diferencia de lo que hubiera hecho el 90% de la competencia, no les hago ni una sola referencia negativa, porque sé que, tarde o temprano, los nudos siempre vuelven a cuajar.
Así que me limité a ilustrar a Carlos algunos conceptos claves a tener en cuenta a la hora de decidir cambiar ventanas de aluminio, o ventanas en general.
El dato curioso era que Carlos tenía entre manos 2 ofertas diferentes, y ninguna de las dos empresas consultadas le han explicado algo sobre la correcta instalación (lo que afecta a más del 70% sobre el resultado final) y cómo evitar problemas con el montaje de las nuevas ventanas de aluminio.
Así que le comenté a Carlos que habría sido oportuno realizar antes una consulta, para entender el estado actual de la carpintería y comprobar cuál era la mejor manera de intervenir.
La consulta con Carlos para analizar cómo sustituir correctamente la carpintería de aluminio en su casa
Carlos acepta mi consejo para vernos en su casa sin dudarlo.
Entonces, llegando al lugar, le señalo cómo el montaje de las viejas ventanas de aluminio en su casa fue acorde con los años de construcción de la propiedad y por lo tanto, con un sistema que ahora está obsoleto.
De hecho, esto es lo que noté:
– contramarco de hierro;
– acristalamiento simple;
– mármol en la parte inferior del marco que pasa del exterior al interior;
En ese momento, esta era la práctica. Las ventanas se instalaban de esta manera. ¡No había cultura del ahorro energético y nadie sabía siquiera qué eran los puentes térmicos!
Pero, afortunadamente, las cosas han cambiado hoy, o al menos eso es lo que espero.
Nuevos productos y nuevas tecnologías para la sustitución de ventanas y puertas.
Antes de continuar, me gustaría hacer una pequeña aclaración.
Durante una de las conversaciones anteriores, Carlos me confesó lo siguiente:
«Danny, no puedo permitirme el lujo de cometer el error de encargar el trabajo a un carpintero que simplemente quita las ventanas viejas e instala las nuevas ventanas de aluminio, descuidando todos los aspectos fundamentales para el éxito de la intervención».
Irónicamente, esto es lo que le habían presupuestado en las primeras 2 carpinterías.
¿Recuerdas?
De aquellas 2 experiencias negativas, Carlos aprendió mucho y no tenía intención de cometer el mismo error. ¡Y cómo culparlo!
Es cierto que las 2 propuestas que recibió le habrían ahorrado algo de dinero a corto plazo, pero también es cierto que no le habrían garantizado la eliminación de infiltraciones, la formación de moho y condensación, y eventuales daños mayores a largo plazo.
Por suerte, Carlos no cayó en la trampa del precio más bajo y sus dudas lo convencieron en profundizar más y buscar personas competentes, no solo vendedores.
Así que tranquilicé a Carlos, elaborando el Proyecto de Obras para su caso específico (documento en el que propongo al cliente una serie de intervenciones miradas a solucionar los problemas y los productos más adecuados por su caso) y entregándoselo, para que quedara claro todo el trabajo a realizar y sea transparente en cada paso.
Yo mismo me ocupé de encontrarle el profesional adapto a su proyecto, pidiendo el presupuesto por su cuenta y ocupándome de todos los tramites.
Y, después de completar la sustitución de las ventanas de aluminio en su casa, estaba muy contento con la elección de confiar en nosotros en Inter Carpintería.
Sustitución de ventanas: ¿qué puedes aprender de la experiencia de Carlos?
Bueno, este artículo llega a su fin.
¿Qué puedes aprender de la experiencia de Carlos?
Pues seguro que ahora ya sabes con certeza que cuando quieras sustituir las ventanas de aluminio, no tendrás que fiarte de presupuestos en los que no se describa claramente la intervención que se va a realizar.
¡El riesgo es comprar productos antiguos y poco aislantes o de nueva generación, instalados como se hacía hace 20 años!
Y recuerda, “una excelente ventana, si está mal diseñada e instalada, siempre será una excelente ventana que no funciona”.
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